La diferencia creadora

Todas las épocas han tenido sus vanguardias, pero la Vanguardia artística y literaria por excelencia es la que transcurre entre las dos guerras mundiales en Europa. Años locos y desgarrados en los que eclosiona un verdadero espíritu de Modernidad y de ruptura con todo clasicismo anterior. El mundo se crea de nuevo y las tendencias que lo expresan proliferan en los cafés, cabarets, tugurios, librerías y editoriales que hacen de París una fiesta, y de Berlín o Dresde un "estado del alma".

Lo absolutamente novedoso, sin embargo, es la presencia de mujeres creadoras. Una pléyade de artistas y escritoras asombran por su libertad y su visión de una realidad paralela y común. La comparación de ambos mundos constituye el tema central de esta obra. Si a ellos les une la camaradería propia de sus tendencias políticas o artísticas, ellas son deudoras de una complicidad que va más allá de su creación personal.

La diferencia creadora nace de la nostalgia por un mundo en el que todavía era posible la libertad del artista frente a la industria cultural; la búsqueda radical más allá de lo correcto, la aventura de vivir intensamente en un mundo herido por el horror de la guerra y la debacle económica.