Letras y fe. Erasmo en la Valencia del Renacimiento

Erasmo, un nombre que ha fascinado durante quinientos años a intelectuales de todas las épocas. Alabado, vituperado, censurado, condenado, prohibido, reivindicado u olvidado, ocupó un lugar de excepción en el mundo cultural, religioso, espiritual y político del siglo XVI, dando nombre, pese a sí mismo, a una corriente fundamental para la historia del pensamiento: el erasmismo. Su influencia en toda la Europa de la época fue inconmensurable y alcanzó, sin lugar a dudas, a la ciudad y al reino de Valencia, donde sacerdotes, cortesanos, traductores, editores, preceptores y profesores universitarios leyeron, citaron, enseñaron, tradujeron y editaron sus obras, haciendo propias sus ideas y reivindicando, pese a los riesgos que eso entrañaba, el nombre del erudito de Rotterdam.