Topografía médica de Millares

Una topografía médica es en realidad una fotografía fija de un momento y un lugar, que ofrece una valiosa información, no solo de aspectos médicos y ambientales, sino también sobre la sociedad y la mentalidad. A lo largo del XIX y hasta bien entrado el siglo XX, las topografías médicas constituyen una valiosa aportación realizada desde la medicina rural que contribuyó sin duda a la consolidación del campo de la salud pública dentro de la medicina. Luis Báguena, médico rural, pero también brillante entomólogo, y sobre todo una persona curiosa y inquieta, realizó su estudio sobre el pueblo de Millares en un momento especialmente interesante y revelador. La construcción del salto hidroeléctrico y la consiguiente estancia, durante años, de miles de trabajadores llegados de fuera (15.000 pasaron los reconocimientos médicos pertinentes), supuso una inevitable conmoción para un pueblo de mil quinientos habitantes. A través de la mirada de Báguena, al fin y al cabo un joven llegado de la ciudad, nos asomamos a la vida diaria de un municipio rural de la montaña en los primeros años de la II República.

Luis Báguena Corella (València, 1905-1977) estudió medicina en València y Ciencias Biológicas en Madrid.  Médico rural en sus primeros años y experto entomólogo, tras unos años ejerciendo en Carcelén (Albacete), en 1931 se hizo cargo de la plaza de médico titular de Millares, localidad en la que permaneció hasta 1934 y donde conoció a su mujer, farmacéutica de Navarrés. Fue en este período en el que redactó la Topografía médica de Millares, con la que obtuvo el premio Roel 1932 del Instituto Médico Valenciano. Tras dejar Millares, y tras un periodo en La Font d’En Carròs, Báguena viajó a Guinea Ecuatorial (entonces una provincia española), donde trabajó primero en los servicios sanitarios y después en el Servicio Agronómico y en el CSIC, lo que le permitió dedicarse a su pasión: el estudio y la catalogación de los coleópteros, de los que reunió una importante colección y sobre los que publicó numerosos estudios. Tras su vuelta a València en 1960 se dedicó a la docencia en la Escuela de Magisterio y publicó diversos libros de texto sobre sus asignaturas.