El Magnànim y la AVL organizan la presentación de las publicaciones del Año Maria Ibars
El Centre Cultural la Beneficència acogió la presentación de los libros “L’últim serf” y “Tota la mar és remor. Antología poética” de Maria Ibars.
El acto, organizado el pasado jueves 19 de diciembre por la Institución Alfonso el Magnánimo – Centro Valenciano de Estudios y de Investigación, contó con la participación de Enric Estrela, director del Magnánimo, Verònica Cantó, presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), Àngels Gregori, académica de la AVL, Mª. Àngels Francés, académica de la AVL, y Manuel Payà.
L’últim serf, novela que podemos situar dentro de la corriente de la novela social de los años cincuenta, gira en torno al nacimiento de la conciencia obrera entre los trabajadores y trabajadoras de la pasa y su organización y lucha. A pesar de tratarse de un relato de ficción, son evidentes los elementos autobiográficos que Maria Ibars incorpora a la obra,
Ambientada en el primer tercio del siglo XX, un periodo clave en el desarrollo económico y social de Dénia y su comarca por la irrupción de la modernidad y la consiguiente crisis de la sociedad tradicional.
L’últim serf es un gran relato hecho desde el afecto hacia aquel mundo precario al cual Maria Ibars se sentía plenamente ligada y desde la solidaridad con aquel montón de gente anónima y subalterna que lo sostenía. Una novela humanísima, contada desde una mirada escéptica respecto del progreso y recelosa respecto de la «condición humana».

Maria Ibars i Ibars nació en València el 1892; pero, muy pronto, su familia se trasladó a Dénia y durante toda su vida se sintió arraigada en la comarca de la Marina Alta. El 1913 obtuvo el título de maestra por la Escuela Normal de València, y pocos años después fue destinada a la Font de la Figuera, donde se casó el verano del 1917 y donde tuvo una hija y un hijo. El 1934 se traslada a València, y aquí se reencontró con Carles Salvador, amigo de sus años de estudio, que contribuyó a introducirla en el pequeño círculo de intelectuales valencianistas del momento. Con la relativa liberalización del régimen franquista tras de la victoria aliada en la guerra mundial y la tímida recuperación de la actividad editorial en valenciano, Maria Ibars publica su primer libro, Poemes de Penyamar (1949), con un «pórtico» de Carles Salvador. Aquel mismo año ganó el premio de novela en los Jocs Florals de Lo Rat Penat con Vides planes, y en 1951, en la IV Tauala de Poesia del Cercle de Belles Arts, Maria Ibars presentó otra compilación de poemas, Ram a l’amiga. La muerte, el 1955, de Carles Salvador acentuó el aislamiento en que vivió sus últimos años. El 1958 ya había entregado a la editorial Sicània el conjunto de su obra narrativa, incluyendo L’últim serf, que, aun así, no vería la luz sino poco tiempo después de la muerte de la escritora, acontecida en València el enero del 1965.