La Institució Alfons el Magnànim rescata la obra fotográfica de Juan Caparrós

    • Fecha:02-12-2025
    La Institució Alfons el Magnànim rescata la obra fotográfica de Juan Caparrós

    La Institució Alfons el Magnànim – Centre Valencià d’Estudis i d’Investigació acaba de lanzar el libro Juan Caparrós Pérez. Ontinyent, els anys decisius, el número 2 de la colección «L’Instant, Fotografia». El volumen reúne el trabajo fotográfico que Juan Caparrós realizó en Ontinyent durante las décadas de 1950 y 1960, capturando con su cámara la transformación social, económica y urbanística de la ciudad.

    Más allá de las fiestas y tradiciones locales, las imágenes reflejan la evolución de la industria textil, el crecimiento urbano y la modernización de la sociedad, que comenzaba a acercarse tímidamente a la cultura de consumo. Desde la llegada del frigorífico y el televisor hasta la popularización de la Vespa y el mítico Seiscientos, Caparrós documenta cómo la vida cotidiana se alejaba de la agricultura para abrazar un nuevo modelo urbano e industrial.

    El libro incluye un prólogo del economista e historiador Josep Gandia Calabuig, una aproximación crítica a la obra del fotógrafo a cargo de Francesc Vera, director de la colección, y una nota biográfica elaborada por el sociólogo Pau Caparrós Gironés. Este último repasa la trayectoria vital de Juan Caparrós (Alicante, 1905-1992), quien, tras la Guerra Civil, se trasladó a Ontinyent para trabajar en la industria textil y acabó fundando la Agrupación Fotográfica de Ontinyent, dejando un legado visual único sobre una época de profundos cambios.

    Con una mirada entre documental y poética, Caparrós explora ángulos inusuales y recursos técnicos que aportan fuerza expresiva a sus imágenes, convirtiendo su obra en un testimonio imprescindible para comprender la historia reciente de Ontinyent.

    Juan Caparrós Pérez (Alicante, 1905-1992)

    Pasa los años de juventud en Alicante y estudia en el Liceo Francés. Durante la etapa de estudiante frecuenta, con otros compañeros, el aeródromo de Rabassa, donde hacían escala los aviones de la compañía aeropostal entre el norte de África y Marsella. El motivo es el de hacer prácticas de conversación en francés con los pilotos. A cambio, aquellos pilotos le inculcarían también cierta pasión por la fotografía que le llevaría a comprar un sencillo aparato fotográfico para realizar sus propias imágenes.

    A los pocos meses de acabada la guerra se traslada a Ontinyent para hacerse cargo de la organización de la empresa Tortosa y Delgado, ocupación que compaginó con alguna que otra representación privada como agente comercial del textil, participando de la bonanza industrial y demográfica de Ontinyent.

    La dedicación a la fotografía toma un impulso definitivo a mitad de siglo cuando capta con su cámara la transformación social y urbanística que se produce en la ciudad en las décadas de los cincuenta y los sesenta. Su pasión por la fotografía lo llevará a fundar, junto con otro entusiasta del medio, Juan Gasteizi, la Agrupación Fotográfica de Ontinyent en los bajos del Centre Industrial.

    Los últimos años de su vida los pasará a su residencia alicantina de Ciutat Jardí, donde ya vivió los años anteriores en la guerra.