La pintura del Renaixement

Si hacemos caso de Erwin Panofsky (Renacimiento y renacimientos en el arte occidental, 1975), tendremos que concluir que la pintura valenciana del Renacimiento no se forja únicamente bajo la influencia italiana, sino que ya por 1440 tenemos muestras de la incipiente vía de Renacimiento flamenco que Dalmau implantó en Valencia de forma muy precoz. Después, hacia el 1470, se inician las primeras versiones del código italiano (aportaciones de los Osona, Leocadio, y Yáñez-Llanos), pero es justo después de las Germanías, con el importante lenguaje configurado por Vicent Macip, que podemos hablar de una auténtica escuela valenciana -uniforme y con personalidad propia-, derivada del Renacimiento italiano. Joan de Joanes elevó este nuevo código visual y lo adecuó al espíritu de la Contrarreforma, pero hacia el 1580 Joan Sarinyena, bajo el influyente mecenazgo de san Juan de Ribera, invirtió la moda juanesca, ascendiendo hacia la nueva aventura del Naturalismo sietecentista. Desde entonces, los renacimientos valencianos, el más efímero procedente de Flandes, y el más consistente según el clasicismo italiano, empezaron a formar parte de la historia.