Cifesa

Cualquiera que haya tenido la paciencia de revolver papeles donde se hable de cine español habrá tropezado con una especie de escollo, del cual -como en las viejas narraciones de marineros- todo el mundo habla con respeto, si bien sin otro fundamento que el de haber oído decir algo sobre él. Este escollo, que, ciertamente, si hemos de creer las leyendas, se levanta impresionante y dominador en las costas del cine español, llevaba por título Compañía Industrial del Film Español, S. A.; es decir, Cifesa. ¿Qué se escondía tras estas palabras enigmáticas? Pues sencillamente, una empresa dedicada a la distribución y producción de films.

Fundada en 1932 en Valencia (no por la familia Casanova, como siempre se ha asegurado, sino por otra familia valenciana, los Trenor), de Cifesa se ha dicho desde posiciones mentales muy diferentes cosas que coinciden. Así, por ejemplo, de izquierda a derecha, los hermanos Pérez Merinero han declarado: "Del período que consideramos (los años 30), sólo Cifesa responde a las exigencias de lo que debe ser un planteamiento continuado y riguroso de la producción". Por su lado, Román Gubern califica Cifesa como "la fábrica de películas más importante del cine español". El autor de best-sellers, y a veces cronista del cine español, Fernando Vizcaíno Casas, no ha dudado en afirmar que, durante un largo período, "el cine español fue Cifesa". Y, en fin, el historiador franquista Fernando Méndez-Leite ha hablado de Cifesa como de ''nuestra primera editora (...) que honra a España y al séptimo arte". Esta coincidencia de gente que proviene de posiciones ideológicas tan diferentes a la hora de valorar la importancia de Cifesa no ha venido acompañada de un conocimiento ni superficial ni profundo de la compañía ni de su obra. Al contrario. A pesar de su carácter (insisto: ampliamente reconocido) de piedra angular del cine español, Cifesa ha permanecido siempre sumergida en las acuáticas nieblas del misterio.