La derecha regional valenciana

La principal aportación política de la Derecha Regional Valenciana (D.R.V.), independientemente de algunos de sus puntos programáticos como la accidentalidad de las formas de gobierno o de sus propuestas de fomento de la pequeña propiedad agrícola y del accionariado obrero, que formaban parte del cuerpo doctrinal católico desde hacía varias décadas, fue tanto su colaboración en la modernización de la clase dirigente valenciana como la importante ampliación de sus bases sociales y políticas. A través de un discurso teóricamente reformista, de una gran movilización de las masas y de la reorganización del consenso social cara al mantenimiento del bloque dominante, amenazado por las nuevas fuerzas reformistas emergentes, la D.R.V. consiguió convertirse en el principal partido valenciano conservador basándose en la convergencia de los intereses antisocialistas y antirreformistas preconizados por su catolicismo político. La D.R.V. dejó pronto de ser el partido sustitutivo de la ya importante oligarquía turnista y se convirtió en la organización aglutinadora y directora del conjunto de la formación conservadora valenciana. A finales de 1935 la D.R.V. había consumado plenamente este proceso, desbancando incluso al blasquismo, cuyo inicial reformismo había caído en descrédito tras su viraje parlamentario hacia posiciones abiertamente conservadoras. El espectacular crecimiento experimentado por la D.R.V. a lo largo de la II República tuvo su soporte, por una parte, en el trasvase de votantes aportados por el ingreso en este partido de los anteriores líderes de las organizaciones conservadoras. Por otra, en la importantísima ayuda externa que le supuso la creación de la CE.D.A. y el predicamento antirreformista del que ésta gozaba entre los pequeños y medianos propietarios valencianos, que fueron los principales integrantes de la D.R.V. La continuada actividad propagandística y proselitista de los dirigentes juveniles de este partido colaboró eficazmente en la consecución de una amplia movilización política de los agricultores y propietarios valencianos, cuyos votos se repartieron, al principio, entre los republicanos radical-blasquistas y los católicos, pero que finalmente, en las elecciones de 1936, en un momento de mayor radicalización social, fueron absorbidos mayoritariamente por las candidaturas de la D.R.V.