La familia Borja

En 1492 Alejandro VI Borja ascendió al solio pontificio. A lo largo de los años la investigación histórica y la creación literaria lo han dedicado a él, y también a su singular familia, más páginas que a ningún otro papa. Este libro trata de los límites del saber histórico sobre los Borja, que muy pronto se vio superado por la imaginación, la ficción y las invenciones. La familia Borja estuvo marcada por la leyenda aún en vida de sus protagonistas. La fuente contemporánea más importante sobre la vida de Alejandro es su maestro de ceremonias Burchardus, un alemán que estaba todavía profundamente imbuido del pensamiento medieval. Sus relatos están aderezados con supersticiones y brujerías. Tan sólo treinta años después el primer biógrafo de Alejandro Borja, Francesco Guicciardini, escribe en un contexto diferente, marcado por el rigor de la Reforma y la Contrarreforma. Sus juicios son críticos y tendenciosos. Ni siquiera estas dos primeras fuentes sobre Alejandro pueden considerarse relatos históricos, en el sentido de historia "verdadera". En el curso de los siglos hubo muchas versiones y ampliaciones de la leyenda de los Borja, gracias a poetas y escritores, tanto en textos más cercanos al relato histórico como en dramas, novelas, narraciones e incluso poemas. Como su tema es el poder eclesiástico y mundano, la riqueza y la belleza, crímenes y erotismo, ha proporcionado material abundante a la fantasía. La autora reconstruye, en términos claros y comprensibles, la historia de esta leyenda, de la que cada siglo ha dado nuevas versiones. Los diferentes miembros de la familia Borja recibieron un trato distinto en la leyenda. Las figuras masculinas guardan similitud a lo largo de quinientos años. Alejandro, papa y vicario de Cristo. Su hijo César, como prototipo, de Burchardus a Burckhardt, del héroe masculino. En cambio las mujeres -Vanozza, la amante del papa y madre de sus cuatro hijos más famosos, y sobre todo su hija Lucrecia- corrieron una suerte más mudable. Entre ángel y diablo, no hay ninguna imagen femenina que no se les haya atribuido. La leyenda de los Borja, con sus variantes y sus constantes, es el objeto de la presente historia. Pero la "verdad" sobre la familia Borja probablemente no llegará a establecerse nunca. Tampoco en estas páginas.