La vid y el vino en el País Valenciano

El viñedo valenciano actual, con unas 180.000 hectáreas, es el segundo de España en extensión, detrás del manchego, y el primero en cuanto a la producción de vinos tintos y de uva de mesa. Los casi 40.000 propietarios vitícolas, de los que sólo una tercera parte son auténticos viticultores, se hallan agrupados en más de un centenar de bodegas cooperativas -la red más densa de España-, en las que se practica la vinificación colectiva, si bien la fase de comercialización sigue estando en manos particulares. Desde finales del siglo XIX el puerto del Grao es el mayor centro de exportación de vinos a granel de España. Las ventas de vinos y uva de mesa constituyen hoy la segunda fuente de divisas de las exportaciones agrarias.

La formación histórica del viñedo valenciano, aparece ya desde el siglo XVI, marcado por la fluctuante coyuntura del mercado internacional de vinos. Los vinos de Alicante y de Benicarló fueron objeto de un floreciente comercio durante toda la Edad Moderna, primero a cargo de venecianos y genoveses y luego de holandeses e ingleses. Durante la segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX tuvo lugar una expansión general del viñedo debido a la demanda exterior e interior de aguardientes, aunque para algunas comarcas como la Marina, el Marquesat y la Safor, serían las pasas el motor de dicha expansión. A partir de 1854 y por lo que quedaba de siglo, la crisis de producción de los viñedos europeos y catalanes debida a dos enfermedades (oidium y filoxera) elevó de manera extraordinaria la demanda y los precios de los vinos valencianos, dando origen a una oleada de plantaciones (150.000 hectáreas entre 1850 y 1900).