On acaba el poble

El aumento del precio de la vivienda entre los últimos años del siglo xx y los primeros de este siglo hizo que el mercado inmobiliario, espoleado por la especulación, no se centrara solo en la compraventa de casas, sino que hizo aparecer, como el otoño a las setas, los llamados Programas de Actuación Integrada (los PAI), unos planes urbanísticos recogidos en la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística de la Generalitat Valenciana de 1994, en la que el «urbanizador» (una gran empresa constructora o una asociación temporal de empresas creada deprisa y corriendo por la perspectiva de un enriquecimiento fácil y rápido) tenía unas potestades tan amplias que los propietarios de los terrenos afectados por aquella actuación se convertían en realidad en verdaderos damnificados de los programas. Como era de esperar, aquellas prácticas crearon una polémica social, política y jurídica que obligaría en 2005 a sustituir aquella ley por una nueva, que, aun así, a pesar de las peticiones de los afectados por los programas, no osaba derogar los PAI. Cuando, hacia el 2008, se deshinchó la burbuja inmobiliaria, muchas de las intervenciones quedaron paralizadas o no llegaron a iniciarse, y dejaron un paisaje desolado, territorio de nadie, que ya no era ni campo ni ciudad. Es en estos lugares precisamente donde se centran las fotografías de la serie #onacabaelpoble, que Francesc Vera hizo entre abril de 2015 y diciembre de 2016 sobre varios PAI que no llegaron a concretarse, empleando para hacer las fotos un iPhone 5 con la aplicación Hipstamatic. A pesar de estar pensada para compartir imágenes en las redes sociales (de ahí el hashtag que da nombre a la serie), Hipstamatic es una aplicación en la que hay que seleccionar a priori, antes de hacer ninguna foto, una determinada combinación de óptica y película (está claro que virtuales) que producen un determinado efecto visual. Después de varias pruebas, el fotógrafo encontró que, mediante la combinación del objetivo Jane y la película Claunch 72 Monochrome, se obtenía el resultado plástico que mejor se adaptaba a los motivos que fotografiaba. A pesar del estilo documental de la serie, #onacabaelpoble nos proporciona a través de la mirada personal del autor una reflexión plástica y estética sobre uno de los aspectos más controvertidos del urbanismo depredador de nuestra época.