“Música no comença amb clau de sol” aborda l’experimentalisme musical valencià del segle XX

    “Música no comença amb clau de sol” aborda l’experimentalisme musical valencià del segle XX

    La Institució Alfons el Magnànim-Centre Valencià d’Estudis i d’Investigació publica Música no comença amb clau de sol. Quatre històries d’heterodòxia musical i sonora a València durant el segle XX (1922-1983), de José Vicente Gil Noé, dentro de la colección Músiques. El libro, que cuenta con un destacado doble prólogo a cargo de Miguel Molina Alarcón (artista sonoro, catedrático de Bellas artes y autoridad en investigación de músicas experimentales y arte sonoro) y de Llorenç Barber (artista sonoro, conocido por sus conciertos de ciudad y una de las figuras más relevantes de la música valenciana y española de las últimas décadas) permite confirmar de manera clara la realidad de un patrimonio musical experimental en València y pone las bases para el conocimiento de su verdadera dimensión.

    Se trata del primer estudio monográfico y en profundidad sobre creadores experimentadores olvidados y contribuye a ampliar el abanico de posibles precedentes del arte sonoro –territorio interdisciplinario donde a menudo se encuentran músicos y artistas plásticos– que tanta fuerza ha cobrado en los últimos años en València y en España.

    Un intento de completar el relato histórico musical de València

    A lo largo del siglo XX, la música occidental sufrió cambios y alteraciones muy significativas fruto de la experimentación que los músicos y artistas más innovadores llevaron a cabo en busca de nuevas fórmulas de expresión. Apuestas divergentes, muchas veces radicales, llevaron a replantear el concepto de música. Esta obra es un intento de completar el relato histórico musical con algunas aportaciones que divisaron horizontes más amplios, exploraron más allá del estándar y, precisamente por eso, han sido abandonadas y relegadas a habitar en los márgenes.

    El libro se estructura en cuatro capítulos, que se corresponden monográficamente con cada una de las propuestas rescatadas: el microtonalismo de Eduardo Panach y su trabajo de la conquista del total sonoro; la aplicación de la electricidad y la electrónica a la música de Juan García Castillejo y su casi mítico aparato electrocompositor, capaz de crear y hacer sonar obras automáticamente; el Circuito Perifónico, que José Val de Omar instaló por las calles con una calculada red de altavoces que, con música y palabra, complementaba el paisaje sonoro de la ciudad; para acabar con el grupo Actum, pionero valenciano y español en el seguimiento de la corriente experimental que recorrió Europa y América a partir de la obra y el pensamiento de John Cage.

    La falta de información sobre estas excepciones justifica la necesidad de un libro como este. El texto recupera comportamientos musicales fruto de la experimentación asimilables a los que se dieron más allá de las propias fronteras regionales y nacionales.