Rosa Torres, creadora de un nuevo lenguaje y una de las paisajistas más destacadas del arte contemporáneo
La Institució Alfons el Magnànim – Centre Valencià d’Estudis i d’Investigació acaba de publicar el libro Rosa Torres. La construcció d’un llenguatge, escrito por el crítico Francesc Miralles. Es el número 2 de la colección «Vides d’Art», dirigida por el escritor y profesor de la Universitat de València Martí Domínguez. El diseño de la colección y la maquetación han estado al cargo del diseñador valenciano Eugenio Simó.
El libro es una biografía de Rosa Torres ilustrada con decenas de fotografías de su trayectoria artística y su obra. Con esta obra, Miralles se adentra en el periplo vital y artístico de Torres con un ensayo biográfico «alejado de los patrones descriptivos que se repiten en los diccionarios de artistas y las enciclopedias para explorar y transmitir la más pura esencialidad de esta creadora y su obra».
Esta obra muestra a una artista comprometida que crea un nuevo lenguaje y expone cómo lo construye y lo desarrolla, y a su vez cómo lo deconstruye para convertirse en una de las paisajistas más destacadas del arte contemporáneo. El paisaje ha sido uno de los temas clave en la trayectoria artística, y a lo largo de su carrera ha ido plasmando y esquematizando algunos de nuestros emplazamientos más emblemáticos. Esta pintora se formó en los años setenta como ayudante del Equipo Crónica y ha ido evolucionando desde la abstracción hasta la síntesis y la reducción de elementos, en los que cobran una gran importancia el color y la pincelada.
El trabajo por series es una constante que ha mantenido a lo largo de toda su obra; no siempre tiene un desarrollo cronológico y lineal: a lo largo del tiempo puede redescubrir en alguna de ellas nuevas posibilidades pictóricas y resoluciones diferentes.
Rosa Torres (València, 1948) es una de las personalidades más innovadoras y sugestivas de la plástica valenciana actual, que la ha consolidado como uno de los valores más atrayentes de la pintura española. Surgió en los años sesenta empujada por el pop art; desde el primer momento, mostró una recia personalidad al centrar su investigación en el lenguaje pictórico empleando de manera deliberada el paisaje o los cuadros históricos para no distraer la pretensión de su cometido. Su producción artística ha ido evolucionando hasta lograr una propuesta estética personal y meditada que destaca por la simplificación de las formas y el color. La estructura y el color son sus puntos de análisis desde los que se ha desarrollado una obra, fiel a sus comienzos y pasiones, totalmente renovadora.
