Un ensayo describe la dura persecución de la Inquisición a los gays en la Corona de Aragón
La Institució Alfons el Magnànim publica 'Contra la estirpe de Sodoma', de Rafael Carrasco; un estudio sobre la obsesión inquisitorial contra los homosexuales en València, Barcelona y Zaragoza.
El director de la Institució Alfons el Magnànim, Vicent Flor, subraya que "el pasado del Reino de València y de la Corona de Aragón no está para idealizarlo, sino para valorarlo en su justa medida". Y añade que por esta razón desde el Magnànim "se encargan trabajos de alta divulgación con el rigor necesario para conocer una realidad que no había sido suficientemente atendida".
Este es, en gran parte, el objetivo de la publicación de obras como Contra la estirpe de Sodoma, de Rafael Carrasco, dentro de la colección Estudis Universitaris (el número 182), un ambicioso estudio sobre la dura persecución que sufrieron los homosexuales en la Corona de Aragón por parte de la Inquisición. El escritor, profesor emérito de la la Universidad de Montpellier, ha sido autor de otras obras como La empresa imperial de Carlos V (2019), L’Espagne des validos (2009) o La famille Borgia. Histoire et légende (2013).
El sentimiento de rechazo ante las relaciones homosexuales públicas era habitual en la época medieval y moderna y aparece constantemente reflejado en las mentalidades populares y, por lo tanto, las prácticas homosexuales eran secretas y discretas. El libro se centra en los únicos territorios en los cuales la Inquisición perseguía la homosexualidad: Barcelona, València y Zaragoza, capitales de los tres principales componentes de la Corona de Aragón de la Península Ibérica.
La acción de la Inquisición contra las relaciones entre hombres —las mujeres brillan por su ausencia— no fue impactante por el número de víctimas ni por lacrueldad particular de las sentencias, sino por ser la sanción de un tribunal que marcaba con un sello indeleble de infamia particular a todos los que pasaban por sus manos. Entre las víctimas, destacan el clero y el mundo del trabajo, mientras que la nobleza y las élites apenas aparecen. Sorprende el protagonismo de los jóvenes, asediados de mil maneras por los adultos, ante los avances de los cuales cedían a cambio de unas monedas o algo de comida en relaciones próximas a la prostitución marcadas por una violencia notable. Paradójicamente, estas relaciones, en las cuales estaban implicados numerosos extranjeros, parece que eran toleradas hasta cierto punto si ocurrían sin publicidad ni escándalo, a pesar de que, la figura del puto era objeto de un rechazo violento.
Vicent Flor señala que una editorial pública valenciana "tiene que estar abierta en las investigaciones de persecuciones de minorías de todo tipos en tierras valencianas porque ayuda a entender las discriminaciones actuales y puede contribuir a generar un clima de más grande respeto y de tolerancia". Añade también que “la edición de ensayo, además de contribuir a mejorar nuestros conocimientos, cumple una función social: dar a la ciudadanía herramientas para convertir la sociedad valenciana en un espacio de convivencia desde la diversidad”.
