Llorente y Blasco Ibáñez

    Llorente y Blasco Ibáñez

    Mañana jueves, a las 19 h en la Librería Fan Set, tendrá lugar la presentación del volumen Llorente i Blasco Ibáñez. Entre la política i la literatura (a propósito, sobre todo, de la guerra de Cuba), que ha elaborado Antoni Ferrando y publicado la Institució Alfons el Magnànim-Centre Valencià d’Estudis i d’Investigació; un acto en el cual tomaremos parte, además del autor, Enric Estrela, Vicent Baydal, Carme Gregori,Gustau Muñoz y Rafael Roca.

    Poliédricos y contradictorios, Teodor Llorente Olivares y Vicente Blasco Ibáñez son dos de los referentes culturales más influyentes y significativos de la historia contemporánea de nuestro pueblo. Y el libro que ahora se presenta hace una radiografía cuidadosa con un par de objetivos primordiales: contrastar las posiciones políticas que adoptaron a raíz de la derrota de ultramar (1895-1898); y examinar cómo actuaron ante «la alternativa de recuperar el valenciano como lengua literaria o de adoptar el castellano para todos los usos comunicativos formales». Al respeto, hay que recordar que su trayectoria se enmarca, mayoritariamente, dentro del movimiento lingüístico y literario de la Renaixença, que después de un secular proceso de castellanización intentó recuperar los usos cultos del valenciano.

    Del estudio de Ferrando hay que destacar que ha rehuido muchos de los tópicos que, en las últimas seis décadas, han mediatizado la percepción de estos autores (de Llorente, sobre todo); y han condicionado de manera ciertamente negativa nuestra visión del periodo cultural, puesto que se han limitado a reiterar que la Renaixença valenciana no promovió acciones políticas y, en consecuencia, fracasó, aconteció folclórica, estéril, no logró objetivos significativos, etc., etc. Es decir, a repetir una letanía de lugares comunes a menudo enumerados desde el autoodio y un escaso (o nulo) conocimiento de la época. De hecho, cuando varios estudiosos –como Vicent Simbor en 1996 y Ferrando ahora– se han ocupado de analizar detenidamente el movimiento han sido capaces de percibir aportaciones y ganancias como, por ejemplo, que «el esfuerzo para lograr un valenciano culto y digno, la apuesta por la unidad lingüística y literaria y la cantidad de poetas implicados son factores muy meritorios», tal como leemos en este volumen.

    Con todo, Ferrando también afirma que Llorente y Blasco Ibáñez, «dos personalidades extraordinarias pero instaladas cómodamente en el sucursalismo, condicionaron negativamente el despliegue cultural y político del País Valenciano». En fin, hablaremos in extenso, si ustedes lo desean, mañana por la tarde.